Principales patologías:
Constipación: Es un síntoma que se refiere al tránsito intestinal lento y poco frecuente, pero también se describe como una disminución en el peso o volumen de las deposiciones, el esfuerzo defecatorio, la sensación de evacuación incompleta, o la necesidad de enemas, supositorios o laxantes para mantener cierta regularidad en la evacuación.
Se debe consultar al médico ante cualquier cambio persistente en el hábito intestinal, ya sea una disminución o aumento en la frecuencia o tamaño de las deposiciones o dificultad para evacuar. También cuando la constipación persiste por más de tres semanas, o si aparece sangre en las deposiciones.
Dolor pelviano crónico: Cuando el dolor pelviano persiste en forma continua por un período de tiempo superior a 6 meses y en el cual no es posible establecer la presencia de una enfermedad específica, se habla de dolor crónico. Este dolor genera a quien lo padece un intenso compromiso en todas las esferas de su vida, interfiriendo en su vida laboral y social, su sexualidad, en la calidad del sueño y en su estado emocional.
Incontinencia anal o fecal: Es la incapacidad para controlar los gases o las deposiciones líquidas o sólidas. Puede ser leve, presentándose problemas ocasionales con la continencia de los gases o severa con pérdida de control de las deposiciones sólidas. Es un problema común, pero por ser embarazoso, los pacientes rehúsan la consulta médica. Tanto la incontinencia urinaria como la fecal son problemas que aumentan con la edad.
Incontinencia urinaria: Consiste en la pérdida involuntaria de orina. El afectado tiene una necesidad imperiosa y repentina de orinar pero es incapaz de retenerla. Los escapes pueden producirse al estornudar, reír, realizar algún esfuerzo o ejercicio físico.
Prolapso genital: El prolapso genital se produce en mujeres. Consiste en la caída de las paredes vaginales, acompañado de sus órganos vecinos. La pared vaginal anterior con la vejiga, la pared vaginal posterior con el recto y la parte alta o cúpula vaginal con el útero. Se produce por la debilidad o rotura de los tejidos que sostienen la vagina en su lugar